La crisis económica que atraviesa el mundo entero está siendo especialmente dura con los más desfavorecidos, como ocurre siempre. Las cifras de desempleados aumentan a diario. Las administraciones se esfuerzan en reducir gastos innecesarios en sus presupuestos. Se intenta ahorrar en cualquier partida para dedicar los esfuerzos a aliviar las penas de los más necesitados.
El ahorro enérgetico es una prioridad económica para muchos gobiernos. También en la escuela se enseña a los niños y a las niñas a ahorrar energía para alcanzar un desarrollo sostenible, que garantice el uso de los recursos del planeta y su preservación para las futuras generaciones. Se les recomienda que eviten el uso de la electricidad si no es necesario. Mejor luz natural.
Las imágenes que acompañan este texto son bastante ilustrativas de lo que ocurre en el edificio del Ayuntamiento de La Orotava. Resulta contradictorio que intentemos inculcar a nuestros menores comportamientos ecológicos y nuesto gobierno municipal, que debería ser el primero en dar ejemplo, malgaste energía encendiendo decenas de bombillas, que aunque son de bajo consumo, generan un gasto innecesario.
La razón para mantener encendidas tantas lámparas puede deberse a que la luz del sol estropea la madera del edificio. Vale, correcto, nada que objetar. Pero ¿y si el día está nublado y las ventanas tienen la protección adecuada para que entre la claridad y proteger así la madera? Me preocupa que en la fachada, a la que no llegan los rayos del sol las primeras horas de la mañana, se aprecien con total claridad la cantidad de lámparas encendidas innecesariamente. ¿No serían suficientes los puntos de luz del techo de los despachos de algunos concejales y del señor alcalde sin necesidad de encender todas las lámparas de lágrimas? Si se apagaran todas estas bombillas de las grandes lámparas y se dejaran encendidas las incrustadas en el techo, se podría ahorrar unos cientos de euros que se podrían destinar a asuntos sociales, a las personas más desfavorecidas. Bastará simplemente la acción de un dedo para evitar tal despilfarro, de nuestros gobernantes municipales depende.
Para aprender a aprovechar mejor la luz natural pincha en el siguiente enlace
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