CAMINO DE CANDELARIA.

En el mes de agosto, varios cientos de personas atraviesan las cumbres de La Orotava con motivo de la celebración de las fiestas en honor de la Vírgen de Candelaria. El monte se convierte en un lugar de paso para miles de peregrinos. Unas personas caminan por promesa, otras recorren los kilómetros que separan La Orotava de la villa mariana por otros motivos. El camino se llena de gente de todas las edades. Jóvenes y adultos se entremezclan por la vereda.

El sendero comienza en el vivero forestal de Aguamansa. Después de alcanzar y recorrer durante unos minutos la pista que desde La Caldera comunica con Los Órganos, el camino se desvía hacia la derecha y continúa hasta La Crucita (1.940 m). La inclinación del terreno hace que la subida sea agotadora. Sin embargo, las vistas del valle que se divisan hacen que el sufrimiento merezca la pena. El Teide preside gran parte del trayecto.

A partir de aquí el sendero desciende por la Caldera de Pedro Gil hacia Arenas Negras. En pocos minutos se alcanza la zona de pinar. Luego nos adentramos en un terreno de zahorra, conocido como Arenas Negras y Los Castañeros. La presencia del cono volcánico a nuestra derecha es impresionante. Más tarde el camino se adentra en el Monte de Arafo. Una vez se atraviesa este pinar, se llega a las primeras fincas agrícolas. Las pistas empichadas nos conducen por pronunciadas pendientes que hacen sufrir las piernas del caminante. Arafo se divisa perfectamente desde aquí. Luego de un agradable descanso en la plaza del municipio sureño, seguimos nuestra ruta hasta Candelaria por caminamos de tierra, la carretera general del sur, el puente de la autopista TF-1...

Un aspecto negativo ha sido la gran cantidad de basura que se ha dejado abandona por los caminantes. Este año me sorprendió la parte final del recorrido, desde Arafo a Candelaria. Afortunadamente, la gente educada supera a estos incívicos que tiran basura.

La llegada a la plaza de Candelaria, con la consiguiente visita a la iglesia, completa la ruta. La sensación de cansancio da paso a una experiencia extraordinaria al refrescarnos en la playa.

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