Sin duda alguna, el turismo en Canarias ha sufrido importantes transformaciones desde sus inicios en los años sesenta del siglo pasado en el Puerto de la Cruz y Las Palmas de Gran Canaria. Las características del turista que nos llega a las islas en la actualidad han cambiado con respecto al de cuarenta años atrás . Hoy, nuestros visitantes gastan menos dinero en su estancia, que también se ha reducido en número de pernoctaciones. La crisis que vive el sector es grave. Los empresarios lo saben perfectamente. A algunos lugares les ha afectado de lleno. Un simple paseo por las calles del Puerto de la Cruz bastará para advertir que esta actividad ha tocado fondo en el municipio tinerfeño. Será necesario un gran esfuerzo por parte de todos los sectores implicados para reconducir la industria que en su momento fue el motor económico no sólo del Puerto sino también de todo el norte de Tenerife. Un turismo de calidad no se consigue ofreciendo al turista lo mismo que tiene en su ciudad de origen: atascos de tráfico, masificación, agobio, prisas, contaminación... No bastará con que disfrute de unas condiciones climáticas inmejorables (también la costa norte de África posee buen clima). Será preciso algo más. El futuro del norte de la isla dependerá de ello. 
Tuesday, October 19, 2010
Sin duda alguna, el turismo en Canarias ha sufrido importantes transformaciones desde sus inicios en los años sesenta del siglo pasado en el Puerto de la Cruz y Las Palmas de Gran Canaria. Las características del turista que nos llega a las islas en la actualidad han cambiado con respecto al de cuarenta años atrás . Hoy, nuestros visitantes gastan menos dinero en su estancia, que también se ha reducido en número de pernoctaciones. La crisis que vive el sector es grave. Los empresarios lo saben perfectamente. A algunos lugares les ha afectado de lleno. Un simple paseo por las calles del Puerto de la Cruz bastará para advertir que esta actividad ha tocado fondo en el municipio tinerfeño. Será necesario un gran esfuerzo por parte de todos los sectores implicados para reconducir la industria que en su momento fue el motor económico no sólo del Puerto sino también de todo el norte de Tenerife. Un turismo de calidad no se consigue ofreciendo al turista lo mismo que tiene en su ciudad de origen: atascos de tráfico, masificación, agobio, prisas, contaminación... No bastará con que disfrute de unas condiciones climáticas inmejorables (también la costa norte de África posee buen clima). Será preciso algo más. El futuro del norte de la isla dependerá de ello.
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